La receta del éxito de Wang Chuanfu, el empresario que ha levantado un imperio y es el dolor de cabeza de Elon Musk

Elon Musk ve amenazado su liderato como líder mundial de ventas de coches eléctricos. El balance de ventas del último trimestre de 2023 coloca a BYD por primera vez por delante de Tesla, aunque la compañía estadounidense mantiene su hegemonía al cerrar de nuevo el año como máximo productor de automóviles cero emisiones.

La ventaja de Tesla respecto a BYD (1,81 millones unidades entregadas frente a 1,57 millones) es cada vez más estrecha y todo apunta a que este 2024 el fabricante chino se colocará en cabeza. Una posibilidad que el propio Musk contempla desde hace tiempo, a tenor de lo que dijo en enero de 2023 cuando afirmó que los fabricantes automovilísticos chinos son los que “trabajan más duro y de forma más inteligente”.

Las siglas de la marcha de coches china BYD significan

Sin citar ninguna marca en concreto, Musk veía entonces como el avance de BYD en el mercado representaba una seria amenaza para Tesla. El transcurso del año acabaría dando la razón al CEO de Tesla que ve ahora como el fabricante de automóviles eléctricos chino que se esconde bajo las poéticas siglas BYD (Build your dreams, es decir, Construye tus sueños) está cerca de sobrepasarle como líder mundial de ventas.

El sueño de BYD es el sueño de Wang Chuanfu, el propietario de la marca, un empresario hecho a sí mismo como otros tantos emprendedores que empezaron desde cero. Chanfu nació en 1966 en la provincia agrícola de Anhui, una de las más pobres de China, en el seno de una familia de agricultores con ocho hijos. Su padre, afectado de un cáncer de hígado, murió cuando él tenía 13 años, dejando solo como herencia una vivienda en ínfimas condiciones.

Wang Chuanfu representa el éxito del empresario hecho a sí mismo: perdió a sus padres y se prometió trabajar duro para ayudar a la familia

La madre tuvo que luchar denodadamente para salir adelante mientras sus hermanas se iban casando una tras otra para no ser una carga familiar. Un hermano de 18 años tuvo que abandonar la escuela para dedicarse al comercio y su hermana pequeña fue entregada en adopción por las dificultades que pasaba la familia para poder mantenerla.

Todo esto dio fuerzas a Wang para cambiar el destino de su familia. Prometió entrar en una escuela secundaria técnica y asegurarse un trabajo que le proporcionara “un bol de arroz nacional”, un medio de subsistencia estable, para ayudar a su madre y a sus hermanos a llevar una vida mejor.

FILE PHOTO: Elon Musk, Chief Executive Officer of SpaceX and Tesla and owner of X, formerly known as Twitter, attends the Viva Technology conference dedicated to innovation and startups at the Porte de Versailles exhibition centre in Paris, France, June 16, 2023. REUTERS/Gonzalo Fuentes/File Photo

Wang Chuanfu aún tuvo que enfrentarse a otro grave contratiempo, la muerte de su madre, cuando estudiaba secundaria. El mazazo hizo que abandonara la escuela. Pero el apoyo de su hermano mayor y su cuñada le proporcionó la fuerza necesaria para superar la difícil situación y continuar con los estudios. Fue así como el hoy propietario de BYD se graduó en 1987 en Química por la Central South University y posteriormente obtuvo un master en metalurgia.

Con el título universitario bajo el brazo, Chuanfu fue recomendado para el Instituto de Investigación de Metales de Beijing. Luego de unos años en el centro, ejerciendo como profesor de doctorado y de máster, en 1993 el destino hizo que un acuerdo comercial con el grupo Baosteel cambiara su vida. Fue designado como director general de la recién creada compañía dedicada a la fabricación de baterías de níquel-hidrógeno, y su anhelo de convertirse en científico se disipó con la misma rapidez como ganaba impulso para adentrarse en el ámbito empresarial.

Se inició en el negocio de las baterías para móviles y cuando se pasó a la industria automotriz, el primer vehículo que fabricó fue un sedán de motor tradicional

En 1994, Wang propuso la creación de una estructura nacional para capitalizar la industria de las baterías de níquel y cadmio, tras la retirada de Japón, uno de los principales productores, debido a consideraciones medioambientales. Sin embargo, la rigidez del sistema estatal chino impidió a Wang Chuanfu desarrollar su estrategia. Ante esta circunstancia, aprovechó la oportunidad para renunciar a un salario fijo (el famoso “bol de arroz nacional”) y se aventuró en el mundo de los negocios.

Changzhou (China), 14/11/2023.- People work in BYD electric cars factory in Changzhou, Jiangsu Province, China, 14 November 2023. According to published data, the output of BYD Changzhou base from January to July this year has exceeded 150,000 vehicles and the project has a planned annual production capacity of 400,000 vehicles. EFE/EPA/ALEX PLAVEVSKI

En 1995, Chuanfu y su primo Lu Xiangyang fundaron BYD con la colaboración du sus familias, quienes lograron reunir los 300.000 dólares necesarios para poner en marcha la empresa. Inicialmente, la compañía se dedicaba exclusivamente al negocio de las baterías para dispositivos móviles. Sin embargo, en tan solo cinco años, BYD hacía realidad el significado que esconde su sigla y la startup no solo siguió fabricando baterías para móviles sino también componentes para los teléfonos portátiles de marcas tan reconocidas como Motorola, Nokia, Samsung y Sony Ericsson.

Los coches eléctricos de BYD destacan por su buena relación precio-calidad

El éxito con las baterías para los teléfonos móviles permitió a los primos dar una vuelta de tuerca a su negocio. Se abrieron a la posibilidad de entrar en el mundo de las baterías para coches eléctricos y firmaron un acuerdo para hacerse con el control de Qinchuan Machinery Work, una modesto fabricante de automóviles que estaba al borde de la quiebra. Así nació BYD Auto en 2003.

Aunque resulte paradójico, el primer coche que fabricó la nueva empresa automotriz fue un modelo de motor de combustión. El sedán F3 de BYD salió al mercado en 2005 para competir directamente con el Volkswagen Jetta y el Toyota Corolla y en poco tiempo se convirtió en todo un referente en el sector por su equilibrio calidad-precio.

Un empleado de BYD realiza flexiones por no responder correctamente a una pregunta relacionada con los coches de la marca durante una sesión de motivación en un concesionario de Shenzhen (China)

Pero las dotes de visionario de Wang Chuanfu fueron lo que llevaron a BYD a cambiar su modelo de negocio y apostar decididamente por la electromovilidad. Esta decisión desconcertó a los accionistas, quienes en 2008 se desprendieron de sus títulos, provocndo que la compañía perdiera un 31% de su valor en apenas tres días.

Afortunadamente para Chuanfu, la maniobra de sus accionistas no pasó desapercibida para Warren Buffet. El inversor estadounidense, con una larga trayectoria en la adquisición de participaciones de compañías que considera infravaloradas, salió al rescate de BYD y su inyección económica sirvió para que solo un año después saliera de sus instalaciones el primer vehículo eléctrico de la compañía, un autobús de 12 metros de largo y una autonomía de 250 kilómetros.

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Este fue el punto de partida de la especialización de BYD como fabricante de vehículos eléctricos que ha llevado a la compañía china a convertirse en una serie amenaza para Tesla. Sus modelos eléctricos que están a disposición el mercado español -Dolphin, Atto 3, Seal, Han y Tang- aúnan la calidad con unos precios competitivos, lo que ha contribuido a su creciente éxito en el sector de la movilidad eléctrica.