‘Bellas Artes’: dónde se rodó

El MIDAM, o Museo Iberoamericano de Arte Moderno. Es el nombre del museo ficticio protagonista en Bellas Artes (estreno en Movistar Plus+ el 11 de abril), la nueva serie de la pareja de argentinos más productivos de los últimos años, Mariano Cohn y Gastón Duprat, responsables de series como El encargado o Nada y de películas como Competencia Oficial y El ciudadano ilustre.

Se habían metido con el mundo de la arquitectura, de la cocina, de la interpretación… les quedaba meterse de lleno en el mundo del arte y, mejor aún, del arte contemporáneo y los museos. En ese ámbito tenían una ayuda cercana: Andrés Duprat, hermano de Gastón, es comisario de arte y actual director del Museo Nacional de Bellas Artes de Argentina, situado en Buenos Aires. Es él, precisamente, quien escribió el guion de la serie a partir de historias personales que él mismo ha vivido, escuchado o presenciado.

їY esto por quГ© es arte?

“Nadie que viaje a una ciudad importante deja de visitar alguno de sus museos. Conocemos cómo son sus visitantes”, explica Andrés Duprat en las notas de producción. “Pero ¿qué sucede cuando descorremos el velo de la intimidad de un museo? La serie muestra ese mundo vetado al público y permite descubrir que, detrás de la pulcritud y el profesionalismo, se esconde una trama de pasiones, imposturas y ambiciones”.

Antonio Dumas (interpretado por Óscar Martínez, a quien acabamos de ver en Galgos) es un crítico y gestor cultural de prestigio, y de privilegio que, a pesar de su altivez y hasta mezquindad, consigue ganar el concurso como nuevo director del MIDAM. Ahí llega, en su patinete eléctrico, a una tarea que creyó sencilla y en la que se encuentra todo tipo de complicaciones: desde las protestas de los trabajadores, a colectivos destruyendo obras de arte, los debates sobre qué es arte (¿una ballena muerta en descomposición lo es?)…

Los seis episodios de la primera temporada suceden principalmente en una localización: el Museo. Ese protagonista más que se convirtió en el gran reto de la producción.

Dani Rovira, hijo de Óscar Martínez en la serie.

“Era muy complicado, buscamos mucho y pasamos por muchas fases”, nos cuenta Daniela Girod, productora ejecutiva de Bellas Artes. “La idea era tener un espacio donde tuviéramos todo: las oficinas, las salas de exposición permanente y temporal, el hall, la fachada…”. Además, el edificio tenía que estar en el centro de Madrid, es decir, responder a una estética y arquitectura concreta. “Buscábamos algo que arquitectónicamente tuviera sentido y que pudiera albergar una colección de arte contemporáneo”.

“No podía ser un edificio demasiado transgresor”, como dice Girod, que no encajaría con esa almendra madrileña, y, por supuesto, ninguno de los existentes, como el Thyssen o el Reina Sofía que eran referentes para la serie se podían usar para una producción que se alargó durante seis meses.

Ver fotos: los 38 cuadros que hay que ver antes de morir

Pensaron en construirlo en plató y, al final, encontraron la solución: “Crear una especia de Frankenstein a partir de tres edificios”. La fachada exterior, el hall, la tienda de regalos, el restaurante y el auditorio lo rodaron en el Teatro Auditorio de El Escorial. Las salas de exposiciones y los pasillos y enlaces los filmaron en Lienzo Norte en Ávila. Y, por último, toda la parte de oficinas las situaron en la Fundación Metrópoli en San Sebastián de los Reyes.

Exterior del Museo.

“Gracias al trabajo de arte, de Alain Bainée, de realización y producción, conseguimos que todos estos espacios se unieran en uno, que nadie note, si no lo sabe, que rodamos en lugares distintos”, continúa Girod. Bainée creó para los tres una “segunda piel”, una decoración coral sutil que une estéticamente todos para que el ojo del espectador ni se dé cuenta y se imagine ese gran Museo Iberoamericano muy cerca del Prado, el Thyssen o el Reina Sofía.

Después, tuvieron el reto de rellenar ese gran museo con más de 70 obras de arte. Muchas son reales, de artistas de verdad, cedidas (como **Civilización, **de Ferrari), o copias permitidas, otras son creaciones del propio Andrés Duprat junto al equipo de arte de la serie. Y, por supuesto, crearon todo un código de trabajo: vestuario, señalización, regalos de la gift shop…

José Sacristán es un artista… incomprendido en ‘Bellas Artes’.

“El universo del museo y el arte, los artistas, las obras, el personal del museo, es todo tan verosímil que parece que todo existiera de verdad y sólo espiamos la realidad con las cámaras”, dice Mariano Cohn.

EL MADRID DE ‘BELLAS ARTES’

En esta primera temporada, la ciudad no se ve mucho, pero se ve. En esos paseos de casa al museo y del museo a casa que hace diariamente Antonio Dumas en patinete, sobre todo. “La serie es una ventana al mundo en la que enseñamos el Madrid más atractivo en torno al arte”, cuenta Daniela Girod, una confesa enamorada de Madrid.

Bellas Artes se estrena, por ahora simultáneamente en muchos países de Latinoamérica y en España, una realidad que tuvieron muy presente desde las productoras, Gloriamundi e Historias Particulares, para mostrar “ese Madrid con el que sueñas, ese Madrid majestuoso, luminoso”.

Madrid en patinete.

Esta “no es una serie guía de Madrid”, como Valeria, pone como ejemplo Girod, hay poco tiempo para enseñarlo, pero tenían que aprovecharlo. Antonio vive en el centro, usaron un edificio vacío de Canalejas para construir los interiores de su casa, pero el portan y la entrada de carruajes están en Pintor Rosales.

Vemos esa zona, Gran Vía, los alrededores del Thyssen, Cibeles, Plaza de la Independencia… “En esos paseos queríamos que se viera en un golpe de vista ese Madrid cosmopolita, bella, que tiene mucha historia, que es una gran capital del mundo y es arquitectónicamente increíble”. Y en una segunda temporada, ya rodada, veremos algo más.

La gran sala permanente del museo.

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