Qué es el Método del Faro y cómo usarlo para tener felicidad y éxito

No hay solo un camino al éxito y a la felicidad, muchas cosas pueden ayudar y entre ellas hay que considerar el Método del Faro.

Este método tiene las ventajas de que te ayuda a enfocar tu energía, esfuerzos y atención en las cosas correctas para que puedas llegar a tu meta de manera más fácil, eficiente y sin tanto estrés o distracciones, y puede ser usado en todo tipo de contextos, como en el deporte, cuando buscas el éxito profesional o cuando quieres llevar tus relaciones a un punto en especial. Incluso puede ayudarte a establecer prioridades y a administrar mejor tu tiempo, evitando desperdiciarlo en cosas que realmente no te van a llevar a donde quieres llegar.

En el mundo real, los faros se usan para indicarle a los barcos dónde está el puerto y por dónde deben avanzar para llegar ahí, para que no terminan perdidos en la oscuridad y pierdan el rumbo por completo, y, en parte, eso es lo mismo que el método del faro intenta hacer con el tema del éxito y de la felicidad.

¿Qué es exactamente el Método del Faro?

Usa el Método del Faro

Como su nombre lo indica, este método toma inspiración del papel que juegan los faros en el mundo, pero de una manera metafórica y de la que se pueden tomar unas cuantas lecciones para establecer metas y poder lograr todo tipo de objetivos.

De acuerdo con Stacy Kim de Real Simple, el método consiste en pensar en tu meta como si fuera la luz de un faro que se ve a lo lejos. Esto significa que no sabes cómo se ve ese faro o dónde está exactamente, pero alcanzar a ver la luz y sabes que debes ir avanzando poco a poco para llegar hasta allá.

La idea es que enfoques tus esfuerzos en cosas que te vayan acercando cada vez más a esa luz (que son tus objetivos) y que pienses en las cosas que tienes que hacer para enfocar tu barco en la dirección correcta y poder llegar ahí.

Las cosas que te distraen de esa luz y que no te hacen avanzar hacia el faro quedan en segundo plano. No quiere decir que debes eliminarlas por completo de tu vida, pero no son una prioridad y, por lo tanto, solo puedes enfocarte en ellas cuando ya hiciste lo necesario para llegar al faro (y lo bueno es que puedes ir creando pequeños faros metafóricos a los que puedes llegar, por ejemplo, en el día o en la semana).

Lo importante es que tengas un plan, que identifiques el lugar al que quieres llegar o lo que buscas conseguir, y que logres crear una estrategia con ese faro en mente. Por ejemplo, si tu faro es terminar un proyecto importante de trabajo para cuando termina la semana, entonces tu plan debe incluir cosas como el tiempo que tienes para desarrollar cada parte, cuáles son las partes más importantes de ese proyecto y las cosas que vas a necesitar para llevarlas a cabo.

O, si tu faro es ganar un poco de masa muscular en un mes, tu plan debe incluir los ejercicios que vas a hacer, los días de la semana que vas a entrenar e incluso los alimentos que necesitas consumir en tu dieta.

Lo que esto hace es que te da una dirección en la que debes avanzar, para que todo el esfuerzo que haga tenga un objetivo en común y un punto, con lo que puedes estar más seguro de que no estás desperdiciando esfuerzos o energía, y evitas perderte entre todas las metas distintas que puedes tener o querer.

La ventaja de tener ese faro presente es que, si te desvías del camino o te pierdes un poco, siempre puedes detenerte, buscar ese faro y ajustar tus esfuerzos para volver al camino correcto. El punto es que no lo pierdas de vista.

Según explica Kim, lo más importante es que no dejes de avanzar en dirección al faro (hasta los pasos más pequeños cuentan) y que no dejes de buscar la manera de acercarte cada vez más.