Armenia se cansó de que el oso no la defienda

Armenia se cansó de que el oso no la defienda

Desde hace ya un tiempo, Armenia, exrepública soviética, ha comenzado un complejo acercamiento a países occidentales que implica el natural alejamiento de la órbita de influencia de Rusia, que tiene una base militar en el país. El proceso se ha dado en el marco de algunos condicionantes muy importantes. Por un lado, la invasión rusa a Ucrania, que naturalmente concentró todos los esfuerzos bélicos de Moscú en el combate con su vecino, que recibió el inmediato apoyo de la OTAN. Pero, la causa principal para Erevan fue el resurgimiento del conflicto con su vecino Azerbaiján en torno a Nagorno Karabaj, el territorio poblado mayoritariamente por armenios que Stalin otorgó a Bakú durante la URSS, pero que, tras la disolución soviética, proclamó su independencia con apoyo armenio después de una sangrienta guerra.

En plena pandemia, y con el sostenido apoyo de Turquía, Azerbaiján lanzó una primera ofensiva contra el territorio, que culminó con una ocupación parcial de Nagorno y finalmente, en septiembre del año pasado, su ofensiva le permitió ocupar el territorio, provocando el éxodo de miles de personas y anunciar la disolución de la república de Nagorno Karabaj.

La semana pasada, el canciller armenio, Ararat Mirzoyan, pasó por Buenos Aires, en el marco de una gira regional en busca de solidaridad con la situación que vive Armenia –que en los últimos días ha denunciado ataques de Azerbaiján  ahora contra su propio territorio–, y a impulsar su proyecto de “Encrucijadas de paz” para el Cáucaso, que el primer ministro Nikol Pashiyan, fundamenta en la necesidad de “una paz duradera, una situación en la que todos los países de la región vivan con fronteras abiertas, estén conectados por vínculos económicos, políticos y culturales, mantengan experiencia acumulada y tradición de resolver todos los problemas por la vía diplomática y mediante el diálogo”.

PERFIL dialogó con el canciller Mirzoyan sobre este complejo escenario que vive Armenia en su distanciamiento de Rusia para acercarse a Occidente, un Occidente que tiene fuertes vínculos económicos con el petróleo de Azerbaiján  y, no debe olvidarse, tiene a Turquía –el responsable del nunca admitido genocidio armenio–, como miembro destacado de la OTAN. El primer paso de ese proceso es el anunciado abandono de Erevan de la OTSC, la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva, una alianza militar compuesta por varios países postsoviéticos, incluidos Rusia, Armenia, Bielorrusia, Kazajstán, Kirguistán y Tayikistán.

—Todo indica que Armenia está decidida a abandonar la OTSC y apoyar o confiar su seguridad en Occidente. ¿Cómo y cuál esperan que sea la relación con Francia, con los Estados Unidos y con la OTAN en general, teniendo en cuenta que Turquía integra la Alianza Atlántica? En este contexto, es interesante la posición de Gran Bretaña, que defiende el alejamiento de Armenia de Rusia, pero al mismo tiempo, tiene fuertes intereses petroleros en Azerbaiján. ¿Cómo evalúa el gobierno armenio esta situación? Irán ha tenido una buena relación histórica con Armenia, ¿afectaría las relaciones un acercamiento con Occidente de Ereván?

—Como sabrán, desde el año 2021 el territorio soberano, internacionalmente reconocido de la República de Armenia fue atacado militarmente por parte de Azerbaiján . En este momento, alrededor de 208 km2 del territorio armenio se encuentra bajo ocupación de ese país. Naturalmente, en esta situación, la República de Armenia esperaba una posición clara de parte de la OTSC, que como alianza tenía obligaciones en relación con Armenia. Al decir posición clara, me refiero como mínimo, a un reconocimiento de los hechos y esfuerzos político-diplomáticos para resolver la situación. La organización político-militar, en cuyos estatutos se establece que en el caso de que haya un ataque contra uno de los estados miembros tiene que haber una asistencia recíproca, tiene que reaccionar de manera concreta, lo cual, en nuestro caso, no tuvo lugar hasta el día de hoy. Esta es la razón por la cual desde otoño del año pasado nosotros de facto congelamos nuestra participación en la OTSC. Durante el mismo período, en 2023 la Unión Europea criticó en términos contundentes la ocupación por parte de Azerbaiján  del territorio soberano de la República de Armenia. A partir de octubre, en la frontera entre Armenia y Azerbaiján  se desplegó una misión civil de observación. Según nuestra evaluación, la misión jugó y juega un rol importante en la diminución de los incidentes en la frontera y en la tarea de garantizar la estabilidad en la región. Además de estos componentes, profundizamos nuestro partenariado con la UE en todas las direcciones posibles. Es el primer año que la UE se involucra en el área de la seguridad, así como en el fortalecimiento de la resistencia de la República de Armenia. Paralelamente, por supuesto, tenemos una estrecha cooperación en materia de la economía, las reformas democráticas, el Estado de derecho y en otros ámbitos.

”Nuestras relaciones con Francia siempre tuvieron una esencia singular, y en la actualidad, en las condiciones dadas, plenas de nuevos desafíos, éstas se desarrollan, adquiriendo nuevas formas prácticas.

”En cuanto a la pregunta sobre los Estados Unidos, tenemos un diálogo estratégico, en el marco del cual analizamos nuevas direcciones. Los Estados Unidos continúa siendo uno de nuestros socios esenciales en materia de reformas democráticas en la República de Armenia. Y en noviembre de 2023 comenzó el diálogo estratégico entre Armenia y Gran Bretaña. Sin dudas, esta es una gran posibilidad de profundizar las relaciones existentes entre Armenia y el Reino Unido abordando cuestiones tanto de la agenda bilateral como regional.

”En lo que se refiere a la cooperación con la OTAN, mencionaré que tenemos un importante partenariado. Ambas partes trabajamos para profundizar más la colaboración, también mediante la aprobación de un programa especialmente adaptado a Armenia. Armenia participa en las misiones de paz de la OTAN, en julio de 2023 aumentamos la presencia de Armenia en la misión de paz en Kosovo con diecisiete soldados adicionales.

”Con Irán, como mencionó, históricamente tenemos buenas relaciones. Están basadas en la amistad de siglos entre los pueblos armenio e iraní, en el desarrollo de una relación cordial y mutuamente beneficiosa entre ambos países. Las relaciones bilaterales con nuestros países vecinos, las consideramos aparte de la cooperación en otras direcciones de la política exterior.

—El primer ministro Nikol Pashinyan aludió días atrás a la posibilidad de un eventual ataque de Azerbaiján  o incluso de Turquía. ¿Sigue en pie esa posibilidad? ¿Puede este eventual acercamiento a Occidente alejarlo?

—Antes de responder a la pregunta, tendría que presentar en qué etapa se encuentran las negociaciones con Azerbaiján, y si lo desea, con Turquía también. Después de la guerra de 2020 con Azerbaiján  estamos negociando sobre la paz. Hay cuestiones de base, en las que las partes no han llegado a un acuerdo definitivo. Entonces, la primera cuestión se refiere a la integridad territorial y al reconocimiento de las fronteras y al sucesivo proceso de delimitación. Me gustaría mencionar que en 1991 los 11 países recientemente independizados de la URSS, entre ellos Armenia y Azerbaiján, firmaron un documento, la Declaración de Alma-Ata, en el que las fronteras administrativas soviéticas fueron reconocidas como fronteras interestatales entre esos países. En los últimos dos años, los líderes de los dos países, en diversas oportunidades, particularmente en octubre de 2022 en Praga, después en Sochi, en Bruselas, como también en otras ocasiones, públicamente reafirmaron su compromiso con la Declaración de Alma-Ata de 1991, y aceptaron que el proceso de delimitación tiene que llevarse a cabo en base a ese documento. A pesar de eso, la parte azerbaijana hasta el momento muestra reticencia en reflejar este documento de manera concreta en el acuerdo que está siendo negociado. Esto, por supuesto, suscita, al menos, algunos interrogantes, se convierte en objeto de preocupación sugiriendo que después del desplazamiento forzado de los armenios de Nagorno Karabaj, Azerbaiján  tiene pretensiones hacia el territorio soberano de la República de Armenia.

”La otra cuestión primordial se refiere al desbloqueo de las infraestructuras de transporte en la región. Comprensiblemente, Armenia no solamente está dispuesta, sino que además está interesada en formar parte de las nuevas vías internacionales de tránsito, estando seguros de que ese desbloqueo, los lazos económicos, el comercio no solamente será económicamente beneficioso para los Estados participantes, sino que pueden convertirse en un factor que contribuya significativamente a la paz en la región. Esa visión se ve reflejada en nuestro proyecto “Encrucijada de la paz”, que establece que después de décadas de bloqueo, las infraestructuras tienen que ser desbloqueadas, permaneciendo bajo la soberanía de los países que atraviesan, y funcionando en el marco de la jurisdicción interna de esos países, sobre la base de igualdad y reciprocidad. Obviamente, las partes deben garantizar la seguridad de las personas y los cargamentos que transitan por su territorio. Para fomentar el tránsito por esas infraestructuras también podemos simplificar los procedimientos de control fronterizo o aduanero.

Lamentablemente, Azerbaiján  propone que se desplieguen fuerzas de un tercer país a lo largo de la ferrovía que pase por Armenia, esperando también que los ciudadanos de la República de Azerbaiján  al atravesar las fronteras de la República de Armenia no pasen por ningún trámite de control fronterizo o aduanero. Esta propuesta explícitamente viola la soberanía de la República de Armenia sobre sus territorios e infraestructuras.

”Ya que hizo referencia a Turquía también, agregaría que hay un proceso de normalización de relaciones con Turquía, designamos representantes especiales, quienes llevaron a cabo discusiones de manera activa, hubo reuniones a nivel ministerial, reuniones y conversaciones telefónicas entre el primer ministro Nikol Pashinyan y el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan. Como resultado de las negociaciones, alcanzamos acuerdos sobre ciertas cuestiones como, por ejemplo, la apertura de la frontera para nacionales de terceros países y para los ciudadanos de la República de Armenia y de Turquía, titulares de pasaportes diplomáticos. Este acuerdo, lamentablemente, todavía no se implementó, pero tenemos la esperanza de que pronto se realice. Hay también otras vías para fomentar la confianza, sobre los cuales llegamos a un acuerdo como, por ejemplo, la restauración del histórico puente de Aní. Este es un proceso que estamos atravesando, pero también ya es hora de ver resultados concretos.

—¿Cómo definiría la situación actual de Nagorno Karabaj y, muy especialmente, de su población armenia?

—Después de la guerra a gran escala del año 2020 de Azerbaiján contra el pueblo de Nagorno Karabaj, alrededor de 150 mil armenios se vieron obligados a abandonar su patria y encontrar refugio en Armenia. Después del desplazamiento forzado de toda la población de Nagorno Karabaj, como consecuencia del ataque de septiembre de 2023 de Azerbaiján, el gobierno de la República de Armenia, también en colaboración con socios internacionales, realizó esfuerzos para recibirlos de manera apropiada y hacerse cargo tanto de sus necesidades, como de la defensa de sus derechos.