Entre flores y globos, velan a los cuatro niños fallecidos en Reynosa

A partir del medio día de este domingo 14 de abril, decenas de personas se han reunido en las instalaciones de la casa funeraria Valle de la Paz, ubicadas sobre el bulevar Morelos, en la ciudad de Reynosa, para dar el último adiós a los cuatro niños fallecidos en un incendio la tarde del viernes 12 de abril.

Medios locales del estado de Tamaulipas, reportan que el funeral de los hermanitos que murieron luego de que un incendio consumiera su hogar, se encuentra abierto al público.

Familiares, amigos y público en general han llegado a la funeraria con flores y globos, a manera de homenajear la vida de los cuatro pequeños que yacen al fondo del recinto en cuatro ataúdes de color blanco.

La prensa también reportó que en el sitio también se está solicitando apoyo económico de la ciudadanía por parte de los familiares, para poder solventar los gastos y apoyar a los padres de los cuatro angelitos fallecidos.

¿Cómo ocurrió el incendio en Reynosa que dejó cuatro niños fallecidos?

Un devastador incendio sacudió el Fraccionamiento Puerta Grande en Reynosa la tarde del pasado viernes, dejando un saldo desgarrador: cuatro menores de edad perdieron la vida.

El siniestro tuvo lugar alrededor de las 18:00 horas en una residencia ubicada en la calle Puerta de Hierro, donde el fuego consumió la vivienda, atrapando a los niños en su interior y causando un dolor irreparable a sus familias y seres queridos.

Ante la emergencia, diferentes cuerpos de rescate y atención médica, incluyendo bomberos y Protección Civil del Estado del Centro Regional Reynosa, se movilizaron rápidamente para controlar el incendio y brindar asistencia a las víctimas.

A pesar de los esfuerzos de los equipos de emergencia, los cuatro menores ya habían fallecido debido a la intoxicación por humo. La escena, marcada por cristales rotos y el lamento de los vecinos, refleja la tragedia que sacudió a esta comunidad.

Vecinos del área, conmovidos por la tragedia, relatan cómo intentaron ayudar a los niños, sacándolos de la casa en llamas. Sin embargo, el tiempo jugó en contra, y el desenlace fue inevitable.