El día de Míriam: boda en Gijón, vestido de novia elegante y ramo de hortensias

Como muchas parejas, José Luis, madrileño, y Míriam, asturiana, se conocieron en su época de estudiantes en la universidad. Ambos cursaban un doble grado: él, Derecho y Administración de Empresas, y ella, Derecho y Abogacía Internacional, en la Universidad San Pablo CEU. “Nuestra historia comenzó en sus pasillos el año 2014. Nos veíamos entre clase y clase, hasta que un día se acercó en la biblioteca y desde entonces… Somos inseparables”, relata la novia.

Un noviazgo de varios años que terminó con la gran pregunta. “José Luis se compinchó con mi hermano para pedirme matrimonio. Ese fin de semana fuimos a ver a mi familia a Asturias. El sábado estaba de compras cuando me llama mi hermano pidiendo ayuda porque se le había averiado su moto en el Mirador de la Providencia. José Luis y yo acudimos en su rescate y, una vez allí, las vistas eras increíbles, así que le dije a mi hermano que nos hiciera unas fotos. Mi hermano empezó a grabar sin que lo supiera y, después de posar para hacer unas cuantas fotos, José Luis de pronto se arrodilló y me sacó el icónico anillo de Tiffany & Co. Todo está grabado para la eternidad”.

El vestido de novia de Míriam. (JFK Imagen Social)

El vestido de novia de Míriam. (JFK Imagen Social)

Desde ese mismo día, comenzaron los preparativos para el enlace. “No tuvimos wedding planner, así que la boda la organizamos toda nosotros. A mí siempre me ha gustado el protocolo y organizar fiestas en casa, comidas, cenas, sacar mantelería, poner detalles… Así que, con la boda, decidimos lanzarnos a la aventura. Nuestra inspiración fue sentirnos en un ambiente familiar y cercano como en casa. Prestamos especial atención a detalles del protocolo, pero sin perder la referencia de lo importante: estar todos juntos, unidos y pasar un gran día con nuestros familiares y amigos”.

En el horizonte, José Luis y Míriam soñaban con una fecha concreta: 16 de julio, día del Carmen, patrona de los marineros. ¿El problema? Conseguir ese día en la iglesia soñada por la novia. “Yo tenía claro que me casaría en mi ciudad natal y en la Parroquia Mayor de San Pedro de Gijón. ¡Es el sueño de cualquier gijonés!”.

La boda de Míriam y José Luis. (JFK Imagen Social)

La boda de Míriam y José Luis. (JFK Imagen Social)

Enclavada junto al mar y al principio de una playa, “la iglesia tiene una lista de espera enorme. Para poder apuntarse solo abren las listas un día al año y se montan unas colas terribles. La gente incluso acampa la noche allí. El año que a nosotros nos tocaba ir a reservar fecha estaba el covid y el toque de queda, por lo que nadie podía hacer noche allí. Sin embargo, a nosotros se nos ocurrió la idea de reservar la noche en el único hotel que tiene vistas a la iglesia, el hotel Asturias. Mi madre nos aprovisionó de comida y café e hicimos noche en la habitación casi sin dormir mirando por la ventana. A las 6 de la mañana oímos un ruido de un coche, así que yo gritando levanté a José Luis de la cama para que corriera a la iglesia: ya estaba llegando gente a la puerta, pero… ¡fuimos los primeros!”.

El sueño de los abogados, casarse el 16 de julio en San Pedro de Gijón, iba a cumplirse en 2023.

La boda de Míriam y José Luis. (JFK Imagen Social)

La boda de Míriam y José Luis. (JFK Imagen Social)

La celebración posterior sería en el Palacio de la Riega. Un lugar, en palabras de Míriam, “con un encanto especial por las exclusivas vistas y excepcional gastronomía servida por el catering del chef asturiano Nacho Manzano”.

Con lo vital establecido, fecha y lugar, tocaba componer el look nupcial que la asturiana luciría en su boda. “No tenía una idea clara de cómo quería el vestido. Más bien todo lo contrario. Lo único que tenía claro es que quería un vestido con cola larga con un diseño sencillo, clásico y sobre todo elegante”.

Detalles del look de Míriam. (JFK Imagen Social)

Detalles del look de Míriam. (JFK Imagen Social)

“Mi objetivo era un vestido atemporal. No me gustaba la idea de ver fotos en un futuro y pensar ‘¡qué horterada!’. Quería algo elegante, un vestido atemporal”. Con este esbozo, Míriam recaló en el taller de Valenzuela. “Antes había ido a dos conocidos atelieres y tenía agendadas varias citas para unos cuantos más, pero después de estar con Cristina salí convencida y decidida, por lo que cancelé el resto de visitas”, confiesa.

Una decisión que la novia compartió con su madre. “Ella también lo tuvo claro nada más ver a Cristina Valenzuela, su estilo y su elegancia en los vestidos. Captó mi esencia desde el primer momento y con mi madre tuvo un auténtico flechazo”. Una figura, la de su madre, que fue clave: “Ha sido mi gran apoyo tanto el día de la boda como en los preparativos de la misma”.

La boda de Míriam y José Luis. (JFK Imagen Social)

La boda de Míriam y José Luis. (JFK Imagen Social)

Ahí arrancó el proceso de creación que culminó con el traje nupcial de Míriam. “El primer boceto que me hizo Valenzuela me encantó. Era simple, pero elegante. A partir de ahí, en las siguientes citas, fuimos poco a poco construyendo el vestido. Mi madre venía de Asturias al menos una vez al mes para acompañarme a las pruebas del vestido. En cada prueba siempre había algo que decidir: el largo de la cola, el ajuste del vestido, la espalda, etc. Yo siempre prefería dejar todo lo posible para la siguiente prueba y así tener más tiempo para pensar, sobre todo en el caso del escote y las mangas y los puños”, argumenta.

La boda de Míriam y José Luis. (JFK Imagen Social)

La boda de Míriam y José Luis. (JFK Imagen Social)

“El resultado fue un vestido con una larga cola y escote en la espalda botonado, con un botón joya a juego con los zapatos y con las perlas de los pendientes. El vestido era de crepé, corte de sirena, pero con una cola de 2,5 metros. Las mangas eran francesas y estaban revestidas con unos puños decorados con minuciosos detalles cosidos en relieve”, explica la asturiana.

Un velo hecho a medida coronó el look. “Yo quería llevar un velo tradicional, no tenía claro si el velo largo o el corto. Me probé ambos y no me convencía ninguno, así que a Valenzuela se le ocurrió proponerme hacer un velo a medida: un velo midi. Lo probamos y me encantó”.

La boda de Míriam y José Luis. (JFK Imagen Social)

La boda de Míriam y José Luis. (JFK Imagen Social)

Como conclusión final, “el proceso fue largo y laborioso. Crear un vestido a medida sin referencias es complicado tanto para la novia como para el diseñador. Lo más importante es conectar con el diseñador y a partir de ahí todo fluye. Valenzuela desde un principio captó mi esencia al 100%: clasicismo y elegancia. Ese fue el punto de partida y el resultado final”.

Con el vestido de novia construido, Míriam comenzó a escoger los accesorios. “Como joyas llevé el anillo de pedida y unos pendientes de mi madre largos de oro blanco con una perla”.

La boda de Míriam y José Luis. (JFK Imagen Social)

La boda de Míriam y José Luis. (JFK Imagen Social)

A sus pies, “unas sandalias metalizadas con abalorios de Gucci, regalo de José Luis, y para el baile, decidí ponerme más cómoda con unas alpargatas blancas de Castañer”.

“Del ramo se encargó Doña Cúrcuma. Tengo la gran suerte de que, además de que es la mejor en lo suyo, tiene muy buen gusto. Mi flor favorita es la hortensia. Me recuerda al norte, a mis veranos allí. No quería un ramo tradicional y grande. Así que lo tuve claro: quiero un ramo de hortensias. Cuando le dije esto a Isabel de Doña Cúrcuma me propuso que fueran en tono burdeos para darle luz al vestido. Cuando me envió foto de las hortensias, me fascinaron. Así que dije: ‘¡Ese es mi ramo!’ El ramo además estaba atado con la medalla en oro de la Virgen de Covadonga, patrona de Asturias, que me regalaron mis padres días antes de la boda”

La boda de Míriam y José Luis. (JFK Imagen Social)

La boda de Míriam y José Luis. (JFK Imagen Social)

El día había llegado. Míriam se arregló en el Palacio de la Riega, en una habitación antigua, junto a su madre y sus amigas. Del peinado se encargó Julio Suárez, de peluquería Suárez, y del maquillaje, Laura Gesto. “Fue un maquillaje natural y sencillo, justo lo que buscaba, y ella supo captar el primer día que me vio”.

La novia llegó a la iglesia junto a su padre en un coche escarabajo descapotable conducido por su hermano. “Recuerdo con gran emoción la entrada a la iglesia rodeada de la gente que te quiere, del brazo de mi padre y viendo al fondo la sonrisa de José Luis, que esperaba radiante junto a la madrina. Una vez llegados al altar, mi padre me retiró el velo y me dio un afectuoso beso”.

La boda de Míriam y José Luis. (JFK Imagen Social)

La boda de Míriam y José Luis. (JFK Imagen Social)

“La ceremonia religiosa fue muy emotiva y contó con el conjunto vocal e instrumental de TeDeum, que interpretó el Ave María en el ofertorio y la Salve Marinera en la bendición final al ser la ceremonia en el día de la Virgen del Carmen. Fue oficiada por el párroco don Javier Gómez Cuesta, muy querido por nosotros, y quien realizó un discurso sentimental y reflexivo sobre el amor que emocionó a todos. Al final de la ceremonia, el párroco nos regaló una ilustración en acuarela de la iglesia, un detalle que guardamos con cariño”, cuenta Míriam.

Como sorpresa para la novia, “José Luis había cogido por sorpresa una banda de gaiteros que empezaron a tocar nada más ver a lo lejos de la carretera el coche. Fue algo inesperado para mí. A la salida de la iglesia, los gaiteros nos recibieron con el ‘Asturias patria querida”.

La boda de Míriam y José Luis. (JFK Imagen Social)

La boda de Míriam y José Luis. (JFK Imagen Social)

De ahí se trasladaron al lugar de la celebración. “Después de las fotos de JFK Imagen Social, salimos del palacio para volver a subir el camino. La subida la hicimos pitando para que nos vieran los invitados y con un dron grabándonos metro a metro. Recuerdo que todos estaban gritando ‘viva los novios’ y saludándonos. Una vez que llegamos dentro, irrumpimos en el cóctel con el coche levantándonos y saludando”.

El tiempo acompañó y pudieron disfrutar del aperitivo al aire libre. “Pusimos una inmensa mesa de quesos de Aitor Vega, cocina en vivo de zamburiñas y el clásico arroz con pitu de Nacho Manzano. Además, los invitados pudieron disfrutar de distintos aperitivos como la aceituna líquida, ceviche, las tradicionales croquetas de Nacho Manzano y tapas de fabada, entre otros”.

El vestido de novia de Míriam. (JFK Imagen Social)

El vestido de novia de Míriam. (JFK Imagen Social)

Más momentos musicales para el recuerdo: “La salida del saxofonista Lugotti por el balcón del palacio irrumpiendo en el cóctel. El saxofonista estuvo animando toda la celebración hasta la madrugada. Lugotti es uno de los mejores saxofonistas y vino directo de Ibiza, de Ushuaïa”.

Ya en la mesa, “el menú consistió en ensalada de mariscos como entrante. De principal, pitu guisado a la antigua (el plato más típico de Nacho Manzano), y el postre fue una innovadora galleta de naranja con mango, helado de mango y culis de jengibre. La gastronomía de Nacho Manzano triunfó entre todos los invitados y tampoco pudo faltar la sidra como bebida tradicional y propia de Asturias”.

La boda de Míriam y José Luis. (JFK Imagen Social)

La boda de Míriam y José Luis. (JFK Imagen Social)

A modo de resumen, Míriam cuenta que “la boda fue tal y como deseábamos, queríamos que hubiera momentos emocionantes, cariñosos y afectuosos como en la ceremonia de la iglesia, en las fotos que nos hicimos en nuestra llegada al palacio, así como en los momentos en los que tuvimos algún detalle con amigos y familiares. Sin embargo, no solo queríamos que fuera un momento íntimo de nosotros, sino que también queríamos que nuestros invitados lo vivieran como una fiesta legendaria, loca e inolvidable. Afortunadamente, así fue. Desde el cóctel los invitados se vinieron muy arriba y todos acabamos bailando como si fueran altas horas de la madrugada. La fiesta fue increíble y todos los vivimos como algo mágico e inolvidable”.

La boda de Míriam y José Luis. (JFK Imagen Social)

La boda de Míriam y José Luis. (JFK Imagen Social)

Como detalle para los invitados, Míriam y José Luis optaron por un obsequio solidario. “En lugar de hacer un regalo a los invitados preferimos hacer una donación a una de las causas de Cáritas. Nos pareció una buena idea poder ayudar a los demás ya que, en ocasiones, los detalles que se dan a los invitados se pierden o se dejan olvidados en la propia boda. Además de la donación, pusimos a cada asistente como detalle una pulsera de la bandera de España”

Los recién casados abrieron el baile al son de ‘Fly Me to the Moon’ de Frank Sinatra.

La boda de Míriam y José Luis. (JFK Imagen Social)

La boda de Míriam y José Luis. (JFK Imagen Social)

Concluimos con el consejo de la asturiana para futuras novias. “La boda se vive como un instante, así que hay que vivir el día sin nervios y con alegría, disfrutando de cada momento y de todas las personas que nos acompañan”.