Un famoso exarquero convirtió la casa de Raúl Alfonsín en Chascomús en un exitoso hotel

Gastón el “Gato” Sessa fue un arquero que ha sabido destacarse en el fútbol argentino, tanto por su talento como por sus locuras y polémicas. Hace trece años tomó la decisión de ir a vivir con su familia a Chascomús, lugar en el que en 2018 se retiró profesionalmente en un club de la ciudad y donde su camino se cruzó con el de un figura histórica: el expresidente Raúl Alfonsín.

El exfutbolista es un ícono de finales de los ’90 y la primera década de los 2000, con una carrera muy recordada en Vélez Sarsfield y Gimnasia de La Plata, pero que también contó con pasos en clubes como Rosario Central, Racing, River y Boca Unidos. Dueño de carisma y un fuerte temperamento, su trayectoria en el fútbol lo hizo ganar campeonatos, ser protagonista de atajadas importantes pero también de episodios de violencia, como la patada a Rodrigo Palacio o agresiones a alcanzapelotas.

En 2018, Sessa jugó el Torneo Federal C del ascenso de AFA para el Club Atlético Chascomús, y dos años después compró la antigua casona donde vivió Alfonsín. La vivienda funcionaba como un emprendimiento hotelero que llevaba el nombre de “La Casona Hotel”, pero que con la irrupción de la pandemia de coronavirus volvió los gastos insostenibles por la crisis sanitaria y económica.

Gastón el “Gato” Sessa.

“Compramos la casa del ex presidente Raúl Alfonsín y la convertimos en un hotel boutique”, contó Sessa en una entrevista con Olé, donde señaló que actualmente se llama “Casa Laurel”. “Hoy ya llevamos un año gestionandolo y tuvo mucho éxito”, reveló.

Se trata la vivienda ubicada en la calle Lavalle 227 que perteneció al fallecido dirigente de la Unión Cívica Radical (UCR), y funcionaba como un hotel museo. El requisito para que pudiera comprarla era mantener la fachada sin modificar ya que es un “edificio con valor patrimonial”.

La antigua casa de Alfonsín

La casa de Alfonsín en Chascomús 20240209

“En la casa que yo remodelé había vivido él hasta el año 1983, cuando se la vendió a un amigo suyo para solventar la campaña presidencial”, agregó el exjugador del Fortín en el reportaje. También sostuvo que debió respetar muchas ordenanzas municipales para llevar adelante este emprendimiento y dijo que “hay cosas que están igual como su dormitorio y el escritorio en el que recibía a las personas”.

En esa línea, comentó que familiares del exjefe de Estado, que gobernó el país entre 1983 y 1989 con el regreso de la Democracia, “donaron muchas cosas y pudimos hacer una especie de museo”.

La antigua casa de Raúl Alfonsín, hoy convertida en el hotel “Casa Laurel”.

La casa de Alfonsín en Chascomús 20240209

Alfonsín, declarado vecino ilustre de Chascomús, vivió en aquella vivienda desde fines de los años cincuenta y allí estuvo con su esposa María Lorenza Barreneche y sus seis hijos. También abrió en este lugar su estudio jurídico.

Desde las redes sociales de “Casa Laurel” señalan que dentro del hotel boutique existe “un espacio que rememora y rinde homenaje a la figura” del expresidente radical, “un lugar donde se puede ver la entrada original de la casa con las mayólicas europeas”.

“Es un espacio exclusivo para huéspedes y comensales con exposición de efectos personales, fotografías históricas y cápsulas audiovisuales”, agrega.

La casa de Alfonsín en Chascomús 20240209

Nueva vida en Chascomús

El reconocido deportista también se sinceró sobre el motivo por el cual decidió instalarse en esta localidad bonaerense, situada a 125 km al sur del centro de la Ciudad de Buenos Aires, después de haber residido en el Country Abril que está sobre la autopista Buenos Aires-La Plata. “No nos hallábamos con mi esposa viviendo ahí y queríamos otra cosa para nuestros hijos porque la burbuja en la que se vive es espantosa”.

“En la pandemia, cuando no podíamos salir, decidimos hacer un par de refacciones en la casa para tener más comodidad y nos quedamos ahí”, precisó al mencionado medio deportivo sobre la vivienda que compró en un campo y que antes usaba como casa de fin de semana.

Además del emprendimiento hotelero, Sessa también se dedica a la cría de caballos, con un haras de pura sangre llamado “Sauce Grande” -que reconoce lo ayudó a retirarse “en paz” del fútbol- y una empresa constructora que tiene con su padre.

FP/fl