Los productos para el pelo con sulfatos, parabenos y siliconas no son tan malos como creías
Los productos para el pelo con sulfatos, parabenos y siliconas no son tan malos como creías
Desde hace algún tiempo sulfatos, parabenos y siliconas se han convertido en los malos de la cosmética, pero la mayoría de la gente no sabe por qué, ni si eso es cierto o, sencillamente, un argumento de ‘marketing’ que ha terminado por calar en el consumidor.
El solo hecho de que un producto cosmético se venda con el ‘claim’ de “sin sulfatos, parabenos ni siliconas” parece que lo convierte en un cosmético mucho mejor, que no puede ser perjudicial y que, además, es más “natural”. ¿Pero cuánto de verdad hay en esto? Para empezar, comenzaremos por aclarar que los productos de belleza que se comercializan con la etiqueta de “naturales” no tienen por qué ser mejores y sí, la cosmética natural también puede sentarle mal a tu piel o causarte reacciones. “Algunos de los venenos más mortales para el ser humano son naturales. Natural en cosmética no siempre es sinónimo de bueno o seguro. Frases como ‘libre de tóxicos’ o ‘libre de compuestos químicos’, que usan como reclamo algunas marcas dan a entender que en la cosmética tradicional hay productos que no son seguros, y eso es totalmente falso”, sentencia la doctora Natalia Jiménez.
Parabenos, los conservantes por antonomasia
Entre los conservantes de cosméticos más conocidos, si no el más, y también entre los más atacados, están los parabenos. Pero ¿de dónde viene su mala fama y, sobre todo, son perjudiciales? “Los parabenos fueron polémicos por una supuesta relación, que no ha sido demostrada, con el cáncer de mama. El miedo a estos lanzó innumerables campañas de ‘marketing’ de productos etiquetados como ‘sin parabenos’. Sin embargo, en realidad son los conservantes que –utilizados en las concentraciones reguladas por la Comisión Europea– menos alergias de contacto producen”, señala la doctora Lorea Bagazgoitia, en su libro “Lo que dice la ciencia sobre el cuidado de la piel” (Plataforma Actual). Pero lo más curioso es que, como apunta esta dermatóloga, “paradójicamente, para evitar su mala prensa, muchos fabricantes disminuyen su proporción aumentando la de otros conservantes, como las isotiazolinonas, que son desconocidos para el consumidor y, sin embargo, potencialmente más alergénicos que los parabenos. Lo curioso es que ningún fabricante indica en la etiqueta ‘sin isotiazolinonas’, mientras que hay montones de cremas que llevan la leyenda ‘sin parabenos’, cuando son los conservantes que menos alergias provocan”.
La dermatóloga Natalia Jiménez comparte esa opinión y añade: “Los parabenos se usan desde hace muchísimos años en cosmética y son excelentes conservantes. Evitan que crezcan bacterias y hongos en nuestras cremas y que, secundariamente, tengamos problemas en la piel”.
Siliconas, las embellecedoras
Otro de los ingredientes cosméticos, tal vez porque sea fácil de recordar, que están en el punto de mira en los últimos años son las siliconas. Sin entrar en los diferentes tipos de siliconas (volátiles, no volátiles, solubles o insolubles), ¿está justificado tener miedo a las siliconas o huir de todos los productos cosméticos, sean para el cuerpo o para el pelo, que las contengan? Por si no lo sabías, las siliconas son moléculas sintéticas, cuyo componente es el sílice, una sustancia presente en el 90% de los minerales de la corteza terrestre. Principalmente, las encontrarás en bases y prebases de maquillaje y en productos capilares y en la etiqueta con las terminaciones -ciloxano, -silano o -ticona. “En general, tienen funciones estéticas, es decir, no cambian la estructura del cabello, sino que lo dotan de características sensoriales y visuales, como brillo, sedosidad. En cosmética facial, dejan la piel más tersa y suave. Son seguras y las podemos usar sin problema”, indica en la dermatóloga Ana Molina. Es verdad que algunas siliconas no son biodegradables, pero ese ya es otro debate, y de hecho en algunas tipologías ya se ha restringido su uso por este motivo.
Sulfatos, los agentes superlimpiadores
También los sulfatos están entre esos ingredientes cosméticos que muchas personas han puesto en su lista negra, muchas veces sin saber por qué. Los sulfatos se emplean, sobre todo, en geles de baño, champús y desmaquillantes. Y es que está comprobado que son ingredientes eficaces para limpiar cara y cuerpo. ¿La razón? “Los sulfatos son tensioactivos, es decir, sustancias capaces de encapsular la grasa y la suciedad, formando pequeñas bolitas solubles en agua que podremos eliminar con el aclarado. El pelo está recubierto de grasa, y sobre él se van depositando partículas de suciedad por la polución, por eso los tensioactivos como los sulfatos son necesarios para limpiarlo”, describe la dermatóloga Ana Molina en “Piel sana, piel bonita” (Paidós). Ahora bien, teniendo en cuenta esta circunstancia, hay un punto que hay que tener en cuenta, según coinciden todos los especialistas. A pesar de sus bondades, les precede su fama de ser irritantes o agresivos para pieles sensibles, como ocurre con el SLS. “Hay muchos tipos de sulfatos, y es cierto que algunos limpian tan bien que pueden resecar la piel y el cabello, pero incluso un champú con sulfatos de alta detergencia, como el 'sodium lauryl sulphate' (SLS), puede ser muy bien tolerado si incluye activos hidratantes y calmantes en su composición. Es decir, lo importante es la fórmula final y no los ingredientes aislados”, concluye Molina.