Sigourney Weaver, Goya Internacional 2024: de su extraño marido en Hollywood a la relación con su única hija

Del terror espacial de ‘Alien: el octavo pasajero’ a las aventuras de ‘Los cazafantasmas’, la intriga de ‘El maestro jardinero’, las risas de ‘Héroes fuera de órbita’ o la acción con mensaje ecologista de ‘Avatar’, hablar de Sigourney Weaver es hacerlo del cine de los últimos 40 años. Una larga carrera en el séptimo arte que ahora recibe un premio más con su Goya Internacional 2024.

La actriz viajará a Valladolid este sábado 10 de febrero para la XXXVIII edición de los Premios Goya 2024, donde se podrá reencontrar con Juan Antonio Bayona, con quien trabajó en ‘Un monstruo viene a verme’. Un galardón con el que toma el testigo de Cate Blanchett como la primera ganadora de este premio y Juliette Binoche en 2023. Ahora, descubrimos el lado más personal de Sigourney Weaver, de su extraño matrimonio en Hollywood a su única hija.

Sigourney Weaver, en los recientes galardones The Kennedy Honors. (EFE)

Sigourney Weaver, en los recientes galardones The Kennedy Honors. (EFE)

El 8 de octubre de 1949 nació en Nueva York Susan Alexandra Weaver, futura estrella del cine. Relacionada con la gran pantalla y la televisión desde su infancia, su padre, Sylvester Weaver Jr., era un ejecutivo de televisión (presidente de la NBC, entre otros puestos) y su madre, Elizabeth Inglis, actriz. Así, porque los ‘nepo babies’ no son exclusivos de la generación Z y han existido desde que el mundo es mundo, la pequeña Susan Alexandra comenzó a interesarse por el teatro durante su etapa escolar.

Una pasión por la interpretación que le hizo adoptar el nombre de Sigourney a los 14 años, en homenaje a un personaje de la novela ‘El gran Gatsby’, de F. Scott Fitzgerald. Tras su formación en el centro educativo Ethel Walker en Connecticut, saltó a la Universidad de Stanford, donde estudió literatura y teatro. A lo que se suma el hecho de que hable con fluidez también alemán y francés.

“Ayudó a parar la guerra”

Allí comenzaría una etapa como activista, que la llevó a participar en diversas marchas contra la guerra de Vietnam: “El napalm fue inventado en Standford, así que queríamos asegurarnos de que no continuase. Paramos la universidad y creo que aquello ayudó a parar la guerra”, aseguró para la revista ‘Times’. Pasando más tarde a la Escuela de Arte Dramático de Yale, donde se graduó también en Bellas Artes y donde coincidió con Meryl Streep.

Una educación muy exclusiva que, según ha narrado ella en diferentes entrevistas, estuvo marcada por el desaliento hacia su futuro en la interpretación de varios profesores. Comenzando una carrera de pequeños anuncios y papeles secundarios en los años 70. Quedando relegada por su altura de 1,82 metros.

Sigourney Weaver, su marido, Jim Simpson, y su hija, Charlotte Simpson, en el Festival de Cine de Berlín en 2020. (EFE)

Sigourney Weaver, su marido, Jim Simpson, y su hija, Charlotte Simpson, en el Festival de Cine de Berlín en 2020. (EFE)

Todo cambiaría en 1979, cuando se metió en la piel (y luego algo en la suya) de todo un icono como la sargento Ellen Ripley, para ‘Alien: el octavo pasajero’, de Ridley Scott. El inicio de una carrera en el cine y la televisión que la ha hecho estar nominada a 3 premios Oscar, ganar dos Globos de Oro, un Bafta y el Premio Donosti en el Festival de San Sebastián (entre muchos otros).

Una vida dedicada a la interpretación en múltiples facetas, también como narradora de cuentos y audiolibros o como voz de doblaje, que contrasta con la extrema discreción de su vida personal. Si la ciudad de las estrellas está marcada por los sonados divorcios entre famosos, como la millonaria separación de Kevin Costner, Sigourney Weaver continúa casada con su primer novio, el escritor y director teatral Jim Simpson.

Sigourney Weaver, en los Oscar de 2023. (Reuters/Mario Anzuoni)

Sigourney Weaver, en los Oscar de 2023. (Reuters/Mario Anzuoni)

Toda una rara avis en la meca del cine. La pareja se conoció en 1984 en Nueva York, donde trabajaba Simpson tras afincarse en la ciudad desde su Hawái natal. Allí, Weaver disfrutaba de una fiesta junto a sus compañeros en la obra de teatro ‘Old Times’. Una celebración donde también estaba Jim Simpson, al que la actriz invitó a bailar.

Un primer encuentro que se saldó con la negativa del escritor, sin volverse a ver durante un tiempo. Sin embargo, gracias a varios amigos en común de la escena neoyorquina, Sigourney Weaver y él se reencontraron en la fiesta de comienzo de rodaje de ‘Los cazafantasmas’, iniciando un noviazgo que terminaría en boda solo tres meses después… y hasta hoy.

Sigourney Weaver posa en los premios AFI, del Instituto Americano de Cine, en 2023. (Reuters/Mario Anzuoni)

Sigourney Weaver posa en los premios AFI, del Instituto Americano de Cine, en 2023. (Reuters/Mario Anzuoni)

El matrimonio daría la bienvenida a su única hija, Charlotte Simpson, el 13 de abril de 1990. A su lado, la hemos visto en diferentes estrenos de cine y desfiles de moda, como su visita a la Semana de la Moda de París de 2020 junto a Dior. Aunque la discreción es la máxima de esta familia, que rehúye cualquier excesiva exposición pública que no tenga que ver con las diversas causas sociales que apoyan, desde la lucha por el feminismo a su papel como presidenta honoraria del Dian Fossey Gorilla Fund (que conoció por su papel en ‘Gorilas en la niebla’).

Ahora, suma un premio más con este Goya Internacional 2024, aunque no podemos terminar también sin recordar que tiene otro ‘orgullo’ más en su haber para los más mitómanos. Pudo conocer de cerca el rodaje de ‘Spice World’ (sí, la película protagonizada por las Spice Girls, gracias al trabajo como director de la segunda unidad de su marido… ). Su vida es toda una caja de sorpresas (y las que le quedan)